Los escapes y los catalizadores

Las averías típicas en los escapes

Hace varios años las averías en los escapes era algo recurrente en un taller de vehículos y la razón fundamental es que se picaban porque la gasolina tenía plomo. Al quitar el plomo de la gasolina los escapes empiezan a durar muchísimo más tiempo. En la actualidad para vehículos con motor diésel es muy fácil que no le cambies el escape en toda la vida útil del vehículo. Si es un vehículo de gasolina y haces mucha circulación con poco recorrido sí es probable que tengas que cambiarlo y la causa es que cuando arrancas el coche se producen vapores y se condensan en las partes más frías del tubo de escape y forma agua. Este agua más los ácidos normales de la combustión hacen que el escape se pique con más facilidad.

Si te das cuenta, cuando un vehículo gasolina ha arrancado cuando el motor está frío, el tubo de escape suelta un hilillo o unas gotitas de agua. Nosotros trabajamos con aquellos fabricantes de escapes en los que en el silencioso lleva un desagüe y aseguramos que dure mucho más el tubo de escape.

Otra importante avería son los catalizadores. En los motores de gasolina los catalizadores suelen cambiarse con relativa frecuencia porque al contener piezas cerámicas y metales preciosos estos se rompen.

La razón principal es cambios bruscos de temperatura, por ejemplo pasas por un charco con el catalizador caliente, o una mala combustión hace que el catalizador se tupa y ya no haga su labor.

Lo notarás cuando vayas a la ITV, que da valores de emisiones de gases muy altos.


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Escape en mal estado

La sonda lambda

En la línea de escape de los vehículos hay dos sondas lambda, una antes del catalizador que es la quemide la mezcla antes de que entre en el catalizador y otra sonda justo después del catalizador. Esta última mide cómo está trabajando y en función de sus resultados manda una orden a la centralita del motor para que enriquezca más o menos la mezcla de aire y gasolina para su posterior combustión.

 

Si la sonda lambda está defectuosa notarás que el coche produce tirones y es porque no está midiendo bien la combustión que se produce dentro del motor y da valores erróneos a la centralita.
Los fabricantes recomiendan cambiar la sonda lambda y el catalizador en torno a los 100.000 kilómetros de uso del vehículo.

Los motores diésel también tienen catalizador y además filtro de partículas.

En los vehículos con motor diésel tienes dos cosas, una por un lado es el catalizador y otra es el filtro de partículas. Hay algunos modelos de motor diésel que no llevan filtro de partículas.

La misión del filtro de partículas es retener los desechos de la combustión del gasóil. Cuando el vehículo detecta que ese filtro está muy tupido hace una regeneración, es decir, emite gases a muy alta temperatura, sube incluso el régimen de revoluciones del motor y se queman todas las partículas de hollín que quedan en el filtro. Pero con el paso de los años este filtro ya no realiza su función correctamente y conviene hacer su sustitución. Por eso es muy bueno para los motores diésel llevarlos de vez en cuando alto de revoluciones, ojo que no decimos ir deprisa, sino alto de revoluciones puntualmente para limpiar el hollín o carbonilla restante.

Otros fabricantes (grupo PSA: Peugeot y Citröen) utilizan urea para regenerar el filtro de partículas, es decir mezclan el gasóil con la urea y aumenta la temperatura para limpiar el filtro de partículas.

Consejo

Realizar una revisión del coche regularmente y asegurarse de que el grado de combustible usado es correcto. Evitar conducir atravesando agua profunda ya que esto causará un enfriamiento repentino y puede producir daños.